Hola, hacia ya bastante tiempo que no publicaba algún post. Hoy quiero hablar y compartir un poco con ustedes acerca de la enfermedad inflamatoria pélvica, un trastorno femenino en le cual se ve afectado todo, o a gran parte de, el sistema reproductor femenino.
Es también una de las causas mas frecuentes de esterilidad, superando incluso a los quistes, ya que es comprobado que estos no impiden que un embarazo se desarrolle con normalidad, por el contrario, se ha visto que, el embarazo muchas de las veces elimina la presencia de quistes ováricos.
Esta es una infección que normalmente es producida por transmisión sexual (ITS). Por lo cual a la hora de ver los tratamientos podremos comprobar que algunos involucran a la pareja sexual, en el caso de tenerla.
También vamos a conocer algunos cuidados de enfermería, ya que estos cuidados pueden ser tomados por personal de salud para sus labores. Además de que son, por así decirlo, cosas básicas que todos deberíamos de conocer. Sin más preámbulos, vamos a comenzar.
Índice.
1.
¿Qué es?
2.
Causas.
3.
Síntomas.
4.
Factores de riesgo.
5.
Diagnostico.
6.
Tratamiento.
7.
Prevención.
8. Cuidados de enfermería.
¿Qué es?
La enfermedad inflamatoria pélvica,
conocida también como, enfermedad pélvica
inflamatoria (EPI) es una infección polimicrobiana de la parte superior de
los órganos reproductores femeninos.
La
enfermedad inflamatoria pélvica consiste en una infección del revestimiento
interior del útero (endometritis),
de las trompas de Falopio (salpingitis)
o de ambas áreas. Si la infección es grave se puede propagar a los ovarios (ooforitis) o producir una acumulación
de pus en las trompas de Falopio (absceso
tubo-ovárico).
La
enfermedad inflamatoria pélvica es la causa evitable de esterilidad mas
frecuente. La esterilidad se presenta en una de cada cinco mujeres con esta
patología. Alrededor de un tercio de las mujeres que han tenido enfermedad
inflamatoria pélvica desarrollan de nuevo la infección. En 2013,
alrededor de 88,000 mujeres de entre 15 y 44 años en los Estados Unidos fueron
diagnosticadas con EIP.
Esta
infección suele producirse en mujeres sexualmente activas. Rara vez afecta a
niñas antes de su primera menstruación (menarquia)
o a mujeres durante el embarazo o después de la menopausia. El riesgo es mayor
en algunos casos que veremos más adelante. También se ha comprobado que muchas
de las veces la enfermedad inflamatoria pélvica puede ser confundida con una “simple” inflamación de las vías
urinarias. En algunos casos la administración errónea de tratamiento al
confundir la enfermedad puede ser el desencadenante de un cuadro clínico
avanzado.
La
enfermedad inflamatoria pélvica es una de las infecciones mas comunes entre las
mujeres, siendo de alto riesgo por el hecho de poder infectar todo el sistema
reproductor femenino.
CAUSAS.
La
enfermedad inflamatoria pélvica suele desarrollarse a partir de bacterias
vaginales. Mas frecuentemente, las bacterias se transmiten por medio de las
relaciones sexuales con una pareja que tiene la enfermedad de transmisión
sexual. Estas bacterias de transmisión sexual no son las que producen la
gonorrea (Neisseria gonorrhoeae) o la
infección por clamida (chlamydia
trachomatis). La gonorrea y la clamidiasis se propagan desde la vagina
hasta el cuello del útero, donde causan una infección (cervicitis). Estas
infecciones pueden permanecer en el cuello uterino o propagarse
ascendentemente, causando una enfermedad inflamatoria pélvica.
Con
frecuencia, la enfermedad inflamatoria pélvica también está provocada por las
bacterias que causan la vaginosis bacteriana. Estas bacterias suelen ubicarse
en la vagina. Pero solo presentan síntomas y se extienden a otros órganos si su
número aumenta (crecimiento excesivo). No son bacterias de transmisión sexual.
Con menos frecuencia, las mujeres se infectan durante un parto vaginal, un aborto o un procedimiento médico, como una dilatación y legrado (D y L), o una intervención quirúrgica ginecológica, cuando las bacterias de la vagina se desplazan al interior del útero. No está demostrado que la ducha vaginal aumente el riesgo de infección.
SINTOMAS.
A
veces las trompas de Falopio se obstruyen debido a la infección. Las trompas
así obstruidas pueden distenderse al acumular líquido. La mujer suele sentir
presión o dolor crónico en la parte inferior del abdomen.
La
infección puede extenderse a estructuras vecinas, incluida la membrana que
tapiza la cavidad abdominal y recubre sus órganos (causando una peritonitis).
La peritonitis causa un dolor intenso repentino o gradual en todo el abdomen.
Si
la infección de las trompas de Falopio es ocasionada por gonorrea o por
clamidia, puede extenderse a los tejidos que se encuentran alrededor del
hígado. Esta infección suele causar dolor en la parte superior derecha del
abdomen, por lo que se asemeja al producido por una dolencia de la vesícula
biliar o cálculos biliares. Esta composición se denomina síndrome de
Fitz-Hugh-Curtis.
En
aproximadamente el 15% de las mujeres con una infección en las trompas de
Falopio se forma un absceso en estas o en los ovarios, sobre todo si las han
tenido durante mucho tiempo. Algunas veces, el absceso se rompe y el pus se
derrama en la cavidad pélvica y causa una peritonitis. Esta ruptura produce un
dolor muy intenso en la parte inferior del abdomen, rápidamente seguido de
náuseas, vómitos y presión arterial muy aja (shock). La infección puede
extenderse hasta el torrente sanguíneo (un transtorno denominado sepsis) y
resultar mortal.
La
EPI a menudo produce un liquido parecido al pus que puede tener como resultado
la aparición de bridas anormales de tejido cicatricial (adherencias) en los
órganos reproductores o entre los órganos abdominales. Como consecuencia pueden
aparecer esterilidad y dolor pélvico crónico. Cuanto mas prolongada y grave sea
la inflamación pélvica y mayor la frecuencia con la que se repite, mayor es el
riego de esterilidad y de presentar otras complicaciones. El riesgo aumenta
cada vez que una mujer contrae la infección.
Las
mujeres que han sufrido una enfermedad inflamatoria pélvica están de 6 a 10
veces mas predispuestas a tener un embarazo ectópico, en el que el feto crece
en una trompa de Falopio en lugar de hacerlo en el útero. Este tipo de embarazo
puede resultar fatal para la mujer y el feto puede no sobrevivir.
FACTORES DE RIESGO.
La enfermedad inflamatoria pélvica.
Es rara antes de la menarca, después de la menopausia y durante el embarazo.
El
riesgo es mayor en los siguientes casos:
ü Mujeres
menores de 24 años.
ü Mujeres
que no usan anticonceptivo de barrera (como preservativo o diafragma)
ü Mujeres
que padecen una enfermedad de transmisión sexual o una vaginosis bacteriana.
ü Mujeres
que han tenido una enfermedad inflamatoria pélvica con anterioridad.
ü Mujeres de clase socioeconómica baja (que generalmente tienen acceso a menos recursos sanitarios).
DIAGNOSTICO.
El
médico sospecha que la enfermedad está presente si la mujer siente dolor en la
parte inferior del abdomen o si tiene una inexplicable secreción vaginal, sobre
todo si está en edad reproductiva. Se debe realizar una exploración física,
incluyendo un examen pélvico. La aparición de dolor en la zona pélvica durante
la exploración confirma el diagnóstico.
Las secreciones vaginales se analizan en busca de glóbulos blancos. Si las
secreciones no contienen glóbulos blancos, la enfermedad inflamatoria pélvica es
poco probable. Generalmente se toma una muestra de flujo (exudado) del cuello
uterino y se analiza para determinar si la mujer tiene gonorrea o una infección
por clamidia. Para determinar si la mujer puede tener un embarazo ectópico, se
realiza una prueba de embarazo, lo que podría se la causa de los síntomas.
Otros síntomas y los resultados de las pruebas de laboratorio contribuyen a
confirmar un diagnóstico. El número de glóbulos blancos se puede determinar en
una muestra de sangre. Dicho número puede ser elevado.
Si el dolor impide un examen físico adecuado o si se necesita más información se realiza una ecografía de la pelvis. Esta prueba puede determinar abscesos en las trompas de Falopio o en los ovarios y en un embarazo ectópico. Si el diagnostico todavía es incierto o si la mujer no responde al tratamiento, el médico puede insertar un tubo de exploración (laparoscopio) a través de una pequeña incisión cerca del ombligo para ver el interior de la cavidad abdominal y obtener una muestra de fluido para analizarlo.
TRATAMIENTO.
Para
tratar la infección suelen administrarse medicamentos por vía oral o por
inyección intramuscular tan pronto como sea posible. Si es necesario los
antibióticos se cambian después de valorar los resultados de las pruebas
disponibles. Los antibióticos se administran empíricamente para cubrir N. gonorrhoeae, C. trachomatis y flora vaginal, incluidos los anaerobios, y se
modifican según los resultados de las pruebas de laboratorio.
Las
pacientes con cervicitis o con una enfermedad inflamatoria pélvica clínicamente
leve o moderada no necesitan intervención. La mayoría de las mujeres son
tratadas ambulatoriamente, sin embargo, la hospitalización suele ser necesaria
en las siguientes situaciones;
· Infección
que no cede en un plazo de 48 horas.
· Síntomas
graves.
· Posibilidad
de embarazo.
· Detección
de un absceso.
En
el hospital se administra antibiótico por vía intravenosa.
Si
los pacientes no mejoran después del tratamiento que cubre los patógenos
habituales, se debería considerar una enfermedad inflamatoria pélvica debida a M. genitalium. Las pacientes pueden ser
tratadas con moxifloxacina 400mg por vía oral 1 vez al día durante 7 a 14 días
(ejemplo, 10 días).
Si
los abscesos persisten a pesar del tratamiento antibiótico, puede tener que
realizarse un drenaje. Para drenarlos suele utilizarse una aguja que se inserta
a través de una pequeña incisión en la piel a la vez que se emplea una pequeña
prueba de imagen, como la ecografía o la tomografía computarizada (TC), para
guiar la aguja hacia el absceso. Un absceso roto siempre requiere cirugía con
carácter urgente.
Los
abscesos tuboováricos pueden requerir tratamientos con antibióticos
intravenosos más prolongados. El tratamiento con drenaje percutáneo o
transvaginal guiado por ecografía o TC puede considerarse si la respuesta a los
antibióticos solos es incompleta, aveces se requiere laparoscopi o laparotomía
para el drenaje. La sospecha de una rotura de un absceso tuboovárico exige una
laparotomía inmediata. En las mujeres en edad reproductiva, la cirugía debe
preservar los órganos pelvianos (con la esperanza de mantener la fertilidad).
Las
mujeres deben de abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta que finalice
el tratamiento antibiótico y un médico confirme que la infección a sido
completamente eliminada, aunque los síntomas hayan desaparecido. Todas las
resientes parejas deberán someterse a pruebas para detectar una posible
infección por gonorrea y clamidia y poder determinarla necesidad de
tratamiento. Existen mayores probabilidades de una completa recuperación si la
enfermedad inflamatoria pélvica es diagnosticada y tratada con prontitud.
PREVENCIÓN.
Un axioma medico
indica que, la mejor medicina es la prevención. Para la enfermedad
inflamatoria pélvica no es la excepción, pues existen varios métodos de cuidado
que la mujer puede tener en cuenta a fin de evitarla. Uno de ellos es poder
asistir cada 6 meses a un examen de rutina a fin de conocer el estado de su salud.
Muchas mujeres optan por tratamientos alternativos de los cuales dicen haber
obtenido resultados muy satisfactorios, evitando o, logrando tratar esta
enfermedad en su etapa inicial.
La prevención de
esta enfermedad es esencial para la fertilidad y salud de la mujer. La única
medida para evitar por completo la infección es la abstinencia sexual. Sin
embargo, si la mujer tiene relaciones con una sola pareja, el riesgo de
contraer una enfermedad inflamatoria pélvica es muy bajo, siempre y cuando
ninguno este infectado por bacterias que provocan enfermedades de transmisión
sexual.
Los métodos de
barrera para el control de la natalidad (como los preservativos) y los
espermicidas (como las espumas vaginales) usados con un método de barrera puede
ayudar a evitar la enfermedad inflamatoria pélvica.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
A continuación, veremos los cuidados que se deberán tener en cuenta con pacientes de enfermedad inflamatoria pélvica.
· Explicar
al paciente la importancia de completar todo el esquema de tratamiento con
antibióticos.
· Destacar que el no tratar a las parejas puede
resultar en infección repetida; por tanto, hay que tratar a todas las parejas.
· Destacar
y explicar la importancia de abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta
que se haya completado el tratamiento y el cultivo confirme que la infección
desapareció.
·
Explicar el procedimiento y el porqué.
·
Decirle que nos avise ante cualquier molestia o
cambio.
·
Antes de la inserción del catéter usar
antisépticos.
·
Evaluar y observar la zona de inserción del catéter
diariamente, y hacer un correcto mantenimiento de este.
·
Revisar la posible existencia de obstrucción o
extravasación. Para evitarla, salinizar vía venosa periférica, cuando sea
necesario, y comprobar que su funcionamiento es adecuado.
·
Explicar el procedimiento y el porqué.
·
Decirle que nos avise ante cualquier molestia o
cambio.
·
Antes de la inserción del catéter usar antisépticos.
·
Evaluar y observar
la zona de inserción del catéter diariamente, y hacer un correcto mantenimiento
de este.
·
Revisar la posible
existencia de obstrucción o extravasación. Para evitarla, salinizar vía venosa
periférica, cuando sea necesario, y comprobar que su funcionamiento es
adecuado.
CP: Fiebre secundaria a enfermedad inflamatoria pélvica
- Administración
de fármacos antitérmicos prescritos por orden médica.
- Comentar
que nos avise ante posible malestar o sensación de fiebre.
- Hacer
una medición de temperatura de la paciente por turno.
- Avisar
al médico de ginecología responsable de la paciente si la fiebre es muy
elevada o no remite.
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